martes, 26 de mayo de 2015

Planificación Real Madrid 2015/2016 (I): Líneas básicas


Son momentos tempestuosos los que se viven y los que se esperan en la entidad blanca. La falta de títulos en el tramo final de la temporada unida a (y en gran parte provocada por) la deficiente gestión de minutos entre los integrantes de la plantilla ha supuesto el cese de Carlo Ancelotti como entrenador del equipo.

Sin mayores paliativos, Florentino Pérez ha decidido cambiar al técnico al que los aficionados deberán recordar cada vez que se mente la que hasta hace poco más de un año era la más famosa de todas las Champions del Real Madrid pero que ni siquiera existía: la Décima. Y Ancelotti será recordado en la historia del madridismo principalmente por este título, pero también por la templanza tanto de su carácter como del estilo de juego que instauró en el equipo, aspecto este último tantas veces criticado en los entrenadores del Real Madrid por resultar en exceso defensivo y por tanto aburrido o en demasía ofensivo y en consecuencia descuidado con los resultados. El italiano trajo consigo el equilibrio que necesitaba un club desquiciado por un Barcelona de leyenda y por la Décima que nunca llegaba.
Si pasamos a analizar las claves del fracaso este curso 2014/2015, deberíamos retrotraernos a la pretemporada para darnos cuenta de cómo se erró en el apartado de altas y bajas. Se contaba con un equipo campeón por partida doble: de Copa y de Europa. Ya fuera con mejor o peor juego, lo que en muchos casos puede ser relativo, pero al fin y al cabo campeón con ese 4-4-2 que resucitó Ancelotti. Ganar la Champions es el súmmum del éxito en el fútbol europeo, y lógicamente se presume que cualquier equipo ganador de la misma debe concentrarse en fortalecer el grupo de jugadores con el que ya cuenta, sin ejecutar grandes movimientos en el mercado de fichajes.

Sin embargo, en verano se vendió a Di María, clave en el centro del campo de la Décima (proclamado mejor jugador en la final de Lisboa) y se fichó al jugador de moda: James Rodríguez. Centrocampista zurdo por centrocampista zurdo, quizá el saliente más acostumbrado a la brega defensiva y el entrante de un perfil hasta ese momento más ofensivo, pero un cambio de piezas que podría ser comprensible para incentivar la ambición del equipo recién campeón, más aún si consideramos los motivos (en su mayoría extradeportivos) del argentino para lograr el traspaso. Además, se consiguió la adquisición de Kroos, reciente campeón del mundo con Alemania, para apuntalar un centro del campo con marcado carácter ganador. Hasta aquí todo correcto. Puede gustar más el argentino que el colombiano, pero el cambio previsiblemente suponía una cierta continuidad en el estilo de juego del Madrid. 

El problema llegó al final del periodo de traspasos con la venta de Xabi Alonso, provocando un importante desequilibrio en la plantilla y sin contar con margen temporal para acometer el fichaje de un jugador que se encargara del trabajo táctico y defensivo que Alonso ejercía en el centro del campo. Se confió a Kroos la asunción de estas funciones, reconvirtiéndose desde su anterior versión (originalmente mediapunta) en el Bayern, contando con Illarramendi como su principal sustituto.

Con el avance de la temporada pudimos comprobar cómo el alemán, en simbiosis con James Rodríguez y un enorme Luka Modric, conformaron un mediocampo abusivo y sin apenas fisuras. Para Ancelotti ninguno de los tres tenía sustituto, haciendo excepciones puntuales con Isco. Quizá fue por este exceso de minutos de los tres titulares que el sistema se acabara yendo al traste con las lesiones tanto del colombiano como del croata. No había sustituto más allá del ex del Málaga y el Valencia. Illarramendi se mostró incompetente una temporada más y el fichaje de Lucas Silva no mejoró las cosas porque un jugador joven, extranjero, procedente de una liga tan diferente como la brasileña y que llega en invierno, tiene lógicamente muy difícil adaptarse al juego de un equipo como el Real Madrid. Con Khedira, ya fuera por lesiones o por motivos extradeportivos relacionados con la expiración de su contrato, no se contaba. Fue entonces cuando el Real Madrid empezó a mostrar un juego claramente más trabado.

Muchos recordaron en ese momento a Casemiro, quien se desempeñaba de manera notable cedido en el Oporto, pensando en lo beneficioso que podría haber resultado esta campaña de blanco. La situación llegó a tal gravedad que Ancelotti se vio prácticamente obligado a alinear a Sergio Ramos de mediocentro… Y todos sabemos el resto.

En definitiva, podemos concluir que el once titular es en general muy válido y que no requiere de ninguna gran renovación. La poca fe de Ancelotti en las rotaciones, justificada por el insuficiente nivel de los jugadores de banquillo y unida a la mala suerte con las lesiones, ha provocado el fracaso del Real Madrid esta temporada. Mención especial merece el papel de Iker Casillas en la portería, con toda la polémica que ha generado, pero estamos hablando de tan solo uno de los once jugadores del once titular. Es por ello que la planificación del Real Madrid 2015/2016 no supondrá renovar, sino retocar el equipo.

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